V.I.P. son las siglas en inglés que quieren decir Very Important Person y en el mundo anglosajón se la atribuyen personajes que hacen honores a esta mención: actores, cantantes, artistas, médicos ilustres por trasplantes, algún arquitecto, escritores, jefes de estado, políticos destacados, etc. etc.
En el panorama hispano la cosa es bien distinta. Los V.I.P. de por aquí son en su mayoría gente que sale por la tele y en programas de cotilleo (o telebasura). Se han hecho "famosos" por irse al catre con tal o cual. Y como digo sin ningún otro mérito laboral, deportivo, social, académico o lo que sea. Así nos luce. Hasta un autoproclamado conde se vino de Italia porque, palabras textuales: "allí sólo había 2 revistas de cotilleo y aquí 7". Vamos, una pléyade de proxenetas, chulos y cortesanas ávidos de esquilmar los bolsillos de amas de casa con escaso y triste bagaje cultural cuyas fantasías no pasan del "Pronto" o los "Diez Minutos".
Pero el panorama no es esperanzador. Los músicos se quejan de que no tienen cirucuitos (léase salas donde actuar), los empresarios del espectáculo de que hay muchas trabas, los vecinos que si tal que si cual. Pero en muchas macrodiscotecas lo que se lleva es traer a un V.I.P. (a la Española). Con un poco de suerte es un actor de una de esas series "Los hombres de...", "Sin Tetas...". Llega el famoso en cuestión, le hacen tres o cuatro preguntas banales, da cuatro gritos. La peña mileurista y fracasada de la ESO (candidata a hiptecada-carne de cañón) jalea y grita. El V.I.P. se mete en la saca de 1000 € a 3000 € (en función de su importancia y del antro), y todos tan felices y contentos que lo importante es la fiesta y mañana...
¿Quieren ustedes saber cuánto se lleva a la saca el DJ (el pincha los discos) y no tiene ni puta idea de música? Pues de unos 4000 € a 6000 € por sesión. ¿Que les parece? Ni lampista ni banquero, DJ al servicio de la marbunta ávida de sudor, pastilleo y alcohol quilómetrico. Machado decía "el españolito bosteza... el vacío es más bien en la cabeza" y cuánta razón tenía.
En el panorama hispano la cosa es bien distinta. Los V.I.P. de por aquí son en su mayoría gente que sale por la tele y en programas de cotilleo (o telebasura). Se han hecho "famosos" por irse al catre con tal o cual. Y como digo sin ningún otro mérito laboral, deportivo, social, académico o lo que sea. Así nos luce. Hasta un autoproclamado conde se vino de Italia porque, palabras textuales: "allí sólo había 2 revistas de cotilleo y aquí 7". Vamos, una pléyade de proxenetas, chulos y cortesanas ávidos de esquilmar los bolsillos de amas de casa con escaso y triste bagaje cultural cuyas fantasías no pasan del "Pronto" o los "Diez Minutos".
Pero el panorama no es esperanzador. Los músicos se quejan de que no tienen cirucuitos (léase salas donde actuar), los empresarios del espectáculo de que hay muchas trabas, los vecinos que si tal que si cual. Pero en muchas macrodiscotecas lo que se lleva es traer a un V.I.P. (a la Española). Con un poco de suerte es un actor de una de esas series "Los hombres de...", "Sin Tetas...". Llega el famoso en cuestión, le hacen tres o cuatro preguntas banales, da cuatro gritos. La peña mileurista y fracasada de la ESO (candidata a hiptecada-carne de cañón) jalea y grita. El V.I.P. se mete en la saca de 1000 € a 3000 € (en función de su importancia y del antro), y todos tan felices y contentos que lo importante es la fiesta y mañana...
¿Quieren ustedes saber cuánto se lleva a la saca el DJ (el pincha los discos) y no tiene ni puta idea de música? Pues de unos 4000 € a 6000 € por sesión. ¿Que les parece? Ni lampista ni banquero, DJ al servicio de la marbunta ávida de sudor, pastilleo y alcohol quilómetrico. Machado decía "el españolito bosteza... el vacío es más bien en la cabeza" y cuánta razón tenía.
© Manel Aljama (mayo 2009)
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